Pugilato de musas

En todo aspecto relevante a la historia humano se instalan orillas, como si para el fluir de acontecimiento significativo fueran necesario esos márgenes que no sólo contienen el tema sino que lo definen por oposición. Lo mismo, pues de importancia sublime es la cuestión, sucede con las Musas. Las esquinas de este cuadrilátero están protagonizadas por las Musas Jónicas en una de ellas y las Musas Itálicas en la otra. La cuestión clave de fondo quizás sea la idea del materialismo o el idealismo de la existencia. La escuela Jónica (Tales de Mileto, Anaxímenes, quizás incluso Heráclito) sostuvieron la idea de una sustancia primordial como base de lo real. Estas Musas, las Jónicas traducen una manera de pensar encargada por un racionalismo ilustrado y antirreligioso y unos marcados intereses naturalistas. En el otro extremo las “musas itálicas” son auspiciantes de pitagóricos y platónicos y en sus búsquedas específicas se perfila un misticismo supersticioso y una metodología con pié en las matemáticas. A estas últimas les debemos el desarrollo de la música de las esferas con su pretención a conmensurabilidad de todo lo existente y a su destilación racional (ratios) del alma del mundo según proporciones precisas que los intervalos musicales respetan y reflejan. Si la música tiene entonces las mismas razones (ratios) con las que se construye el alma del mundo, entonces se vuelve posible a través de la música, y como una escalera, ascender por ella al alma del Universal, a la Unidad, o a nuestro centro, que quizás sea lo mismo.-