“Toco la melodía de jade verde en un laúd de siete cuerdas,
Y fundir en alambiques de fuego perlas en polvo fino y blanco;
Dentro de mi Precioso Caldero habita el Tigre Dorado”
The Chinese reader's manual - William Frederick Mayers
"Los pájaros también cantan por las flores. No es por nada que aparecen juntos durante la evolución. Tenían algo que decirse ..."
Joel Sternheimer
Cayendo del fatal duraznero, Han Hsiang Tzu no podría haber sabido nunca que a la vez que se liberaba de su cuerpo físico por el impacto con el suelo, nacería como hsien, un inmortal iluminado. Dios de la música para los chinos, emparentado al Orfeo occidental en sus prodigios, Han Hsiang Tsu es uno de los célebres ocho inmortales de la cultura china y conserva aún el apodo de “Sabio Puro” y el reconocimiento a su capacidad de dominar la naturaleza con el sonido del Pao Pei, su flauta mágica. Sin embargo sus poderes musicales no siempre fueron aceptados y entre los intentos más esforzados del dios para buscar legitimidad estuvieron los dedicados a su tío Han Yu quien por no ser taoísta sino confuciano descreía de la capacidad de su inmortal sobrino para lograr, con la música, operar sobre la realidad de manera sobrenatural. En un banquete celebrado en la corte Tang y saturada su paciencia por el oleaje constante de críticas que recibía de su tío, Han Hsiang Tsu decidió demostrar lo que podía su música y en un elocuente gesto persuadió más que con un millar de palabras bien urdidas. Dejó a los comensales en una de las habitaciones y se retiró a la habitación contigua, cerró la puerta que intermediaba ambos espacios y recostando un tambor en el piso de ese cuarto solitario apoyo sobre él su cabeza y comenzó a dormir. En ese exacto momento, en el cuarto donde sucedía el banquete y mientras todos burlaban la excentricidad del dios músico, apareció un segundo Han Hsiang Tsu tocando el tambor y bailando a su ritmo. Entre la sorpresa y el espanto los comensales urgidos en su necesidad de verificar lo que pasaba y descubrir el engaño se levantaron de sus asientos, abrieron la puerta que separaba los dos cuartos y pudieron ver a Han Hsiang Tsu durmiendo sobre el tambor en una de las habitaciones al tiempo que bailaba y cantaba en otra; su sueño musical lo había desdoblado y habitaba los dos lugares en simultáneo. Un grito visceral de miedo de uno de los contertulios despertó al dios músico y en el exacto abrir de sus ojos se desvaneció su doble que batía el tambor. No fue esta sino una de las tantas veces que se lo supo hacer magia con sus sonidos. De lo que nos interesa hablar sin embargo es de su capacidad de hacer crecer las flores con su flauta y de embellecerlas con su música. Pero no tomaremos desde el mito esta posibilidad sino desde la práctica científica siendo que, muchos siglos más acá en el tiempo, el físico Joel Sternheimer publicó un estudio donde proponía una opción sonora para la creación de música con proteínas y con la que en apariencia las plantas parecen crecer mejor y más fuertes. Hablaremos entonces de esta continuidad del legado del dios-músico inmortal Han Hsiang Tsu pero a manos del mortal físico francés.
Protéodie o Música Protoide es el nombre específico para el campo de estudio científico sobre el efecto sonoro en las plantas. Durante la síntesis de una proteína los aminoácidos emiten vibraciones que pueden registrarse y aproximarse a una nota musical, así es como cada proteína genera una melodía específica reproducible en términos musicales. Cuando se presenta una patología en la planta puede rastrarse la proteína involucrada y reproduciendo el canto específico de sus vibraciones combatirla o inhibir su síntesis. Una empresa pionera en este campo es Genodics que propone como posible inhibir el crecimiento de virus y mohos y estimular el crecimiento de las plantas a partir de sonidos específicos para cada patología y así limitar el uso de pesticidas. El rango de eficacia varía de 25% a 95% según el caso pero ya hay varios agricultores utilizando los servicios de esta empresa y que aseguran haber atenuado la contaminación del virus del mosaico en plantaciones de calabacines, o de tomates infectados por el moho gris llamado botrytis y de parásitos de setas. El tratamiento de manera general implica la transmisión por breves minutos (entre 5 a 7) de esta música específica diseñada para cada caso según las proteínas intervinientes y por su creciente eficacia la Universidad de Cergy en Paris ya está trabajando de modo experimental con la empresa Genodics para ampliar el conocimiento sobre el funcionamiento de este agente terapéutico musical. Queremos concluir con el relato de un productor de árboles frutales de Saint-Féliu-d'Avall que gracias al uso de estas tecnologías musicales está reduciendo la mortalidad de sus durazneros… sospechamos posible que en alguno de ellos y en algún lugar del tiempo aún no sucedido un intrépido estudiante suba trepando y baje cayendo, volviéndose como Han Hsiang Tzu un dios inmortal.
En lo música de los cuencos tibetanos una tecnología sonora se sospecha existente por su eficaz manera de atraer al presente y con sus vibraciones un poco más posible el bienestar. Mientras las precisiones de estos efectos que nuestro cuerpo ya sabe van apareciendo con la investigación continuada nosotros humildemente tocamos haciéndonos con el sonido una Unidad Vibrante.
VISHUDA CUENCOS TIBETANOS
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