"Si el tiempo encuentra su sentido en la eternidad, entonces habrá que comprenderlo a partir de
ésta."
El concepto de tiempo - Martin Heidegger
"¡Jóvenes, pretendientes míos. Ya que ha muerto el divinal Odiseo, aguardad, para instar mis bodas, que acabe este lienzo (no sea que se me pierdan inútilmente los hilos), a fin de que tenga sudario el héroe de Laertes cuando le sorprenda la Moira de la aterradora muerte"
Odisea - Canto II
Esquivo a las precisiones, el dios romano Jano sabia tener dos rostros: uno para auditar el pasado y otro expectante hacia el porvenir. Este dios bifronte miraba en simultáneo el pasado y el futuro haciendo evidente que el presente es el vaporoso instante evanescente entre lo ocurrido y lo por ocurrir. La labil sustancia del Tiempo es inaprehensible y a la vez omnipresente y fatal, y por eso, por esta condición dual del presente que es no siendo a la vez, Jano apadrina el primer mes del año llamado en inglés "January" y en latín al principio "Ianuarius" luego "Janero" y por ahora Enero. Este mes de dos caras es el inicio de un nuevo ciclo pero también es el mes que más elocuentemente habla de lo concluido. A sabiendas que el tiempo y los sonidos estan unidos, los chinos inventaron un artefacto sonoro para medir el tiempo conocido como Xiangzhong, el reloj de incienso. Era un ingenio formado por una estructura (muchas veces ornamentada asemejando dragones u otras figuras míticas) atravesada por varillas de incienso perfumado que obstruían el descenso de pequeñas bolas de bronce; al consumirse el incienso estás bolas caían en un pequeño gong en forma de platillo y su impacto provocaba el sonido anunciador de otro intervalo de tiempo. Sonido y Tiempo encuentran en este artefacto una fraternal acción y nos inician en una pregunta: ¿puede la música alterar la percepción del tiempo?
Son popularmente conocidas las estrategias sonoras de bares y supermercados para alterar la percepción del tiempo y prolongar la estadía y el consumo de sus visitantes (recomendamos a este respecto el trabajo de Down "The effect of tempo of background music on duration of stay and spending in a bar" y el interesantísimo trabajo de Milliman "Using background music to affect the behavior of supermarket shoppers"). Pero queremos comentar una menos pretenciosa pero divertidamente curiosa investigación que afirma que la música más peligrosa para conducir un automóvil por la alteración del tiempo que genera es la "Cabalgata de las Valkirias" de Wagner que según la Memorial University de Canadá reduciría la capacidad de respuesta de conductor en un 20% (aún a pesar del anunciado riesgo y entendiendo inevitable hacerlo debido a la belleza de la composición les ponemos un enlace para que puedan disfrutarla cuando no estén manejando https://youtu.be/Clg1IbQ7sNY ).
Quién ha experimentado alguna vez la vecindad de los sonidos de los cuencos tibetanos sabe que el tiempo queda afectado por la experiencia y que una indecible forma de estar presentes nos invade atenuando la inercia mundana del sentido del tiempo. Para este asunto, el del tiempo, los griegos tenían tres palabras-conceptos: kronos (el tiempo periódico), Aión (el tiempo del no tiempo que podríamos llamar "eternidad" e incluso "imaginación") y Kairos (el tiempo oportuno, el único, aquel que trae calidad); al tocar los cuencos tibetanos sentimos que el tiempo cronométrico de los sonidos es a su vez una invocación a nuestra eternidad vibrante que trae significado y valor al momento presente. Son los sonidos de los cuencos para nosotros una herramienta de eternidad y ,por eso y dichosos, tocamos.
VISHUDA CUENCOS TIBETANOS