Iniciamos el año con la mano tendida, comentando sobre la ingeniosa pedagogía musical conocida como “La Mano Guidoniana” con la que se indicaban modificaciones en la altura de las notas en la mano del maestro que desplazándose hacia arriba señalaba agudos y haciéndolo hacia abajo marcaba la necesidad de los graves (sistema vigente hoy día y que en su versión evolucionada se conoce como Fononimia); hablamos de cómo el melómano Carlomagno ordenó codificar los cantos gregorianos y así se inicio un esbozo de sistema notacional bautizado Neumas o notación Neumática; hablamos del Punctum alude a un movimiento descendente hacia una nota grave; el Virga su contrapuesto ascendente hacia el agudo; el Podatus la combinación de los dos anteriores desde grave-agudo y el Clivis generalmente el inverso del Podatus. También hablamos delas oraciones mágicas que se hallaba en un libro escrito aparentemente por un papa histórico, Honorio de Tebas, de los Grimorio donde se prescriben conjuros, hechizos, encantamientos y modos fonales mágicas, es decir palabras transformadoras; comentámos la figura del Políptoton, una repetición de palabras muy semejantes (es decir que compartían una misma raíz) que debían ser pronunciadas velozmente para generar el efecto mágico y expusimos el ejemplar poliptoton conocido se daba en la repetición de la fórmula “τέλει τελείαν τελετήν” utilizada sobre todo en hechizos eróticos y de anudación del deseo. Hablamos de las górgonas y como estos seres ctónicos burlan a Atenea mientras ejectuba el aulós desencadenando la tragedia del fauno Marsias en su desafío musical con Apolo; hablamos del espíritu agonal de los griegos y de las competencias musicales conocidas como Monodias (una lírica solista) y las Chorodias (de ejecución coral y armonizada). Tambien referimos el pugilado entre la lira de Paris y la de Aquiles y las potencialidades de la pedagogía musical para el conductor de pueblos, versiones los riesgos de la música como invitación al deleite venusino sintetizado en la frase “virtutis sonus, principum honos que significa aproximadamente” (“que en el sonido de la virtud se encuentre el honor del príncipe”). Comentamos la resistencia ética de Willhelm Furtwängler, director de la orquesta filarmónica de Berlín cuando en la Alemania nazi le indicarón que debía echar cinco músicos por su procedencia judía, orden que él rehusó cumplir, y nos valimos de este gesto valioso para comentar la noción de “Música degenerada” durante el nazismo y las censuras musicales de Mendelssohn, Mahler, Kronek, Schöenberg y Hindemith, entre otros. También nos tomamos tiempo para mencionar la Manpasikjeok o flauta que calma diez mil olas, regalo del rey Munmu, unas vez vuelto dragón a su hijo Sinmun, y que al ser ejecutada traia paz y calmaba tormentas y sequias. Contamos del extraño xilófono de huesos catalán conocido como nombra “Ginebra”, “huesera” o “bandurria de huesos”. No evitamos tomarnos el tiempo para contar cómo y porqué Beethoven rebautizó su tercera sinfonía y en vez de llamarla “Napoleon” la rebautizó “Heroica”. Temimos ver como el fervor de la mujer de Mao, Jiang Qing la llevó a irrumpir en una presentación de la filarmónica Central de Pekín y con un grito en la garganta declarar “la sinfonía capitalista está muerta”; junto con las censuras y vejaciones a músicos que vinieron luego durante la Revolución Cultural de Mao (incluidas las fracturas de ambas manos de Liu Shikun, pianista de trayectoria internacional). Volvimos, porque nos gusta, a pensar en las notaciones de música de la antigüedad reseñando y reflexionando sobre el epitafio de Seikilos y finalmente, el mes pasado hablamos de premoniciones que suenan y como tras el nebuloso y (por lo menos para Mozart) anonimo encargo del conde Wallsegg de una misa de difuntos, el genio de Mozart la sintió premonitoria de su propia muerte al punto de pensar que componía su propia misa de difuntos al componer el réquiem fatal que nunca concluyó.
Fue un año animoso, lleno del entusiasmo de buscar en lo músico las señales de lo humano, ese palpitar tan inextingible en el ansia de sonar, de volver musica la existencia y de ser seres que dejan en el universo una marca vibracional, una música de la humanidad anudada a través de los sonidos de todas eras que nos toque habitar este suelo hermoso que llamamos hogar alguno y planeta todos y todas. ¡Gracias por acompañarnos otro año vibrando juntos!
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